Silla de la GRATITUD

 





Dinámica: “La silla de la Gratitud”

Una persona se sienta al centro.
El resto forma un círculo alrededor.

Uno por uno, cada integrante comparte algo que agradece de esa persona:
—su amistad,
—su forma de escuchar,
—un detalle que haya tenido,
—o simplemente la buena vibra que aporta al grupo.

La clave es hablar desde el corazón, sin prisas y sin adornos.

¿Por qué hacerla el Día de Acción de Gracias?
Porque es una fecha perfecta para recordarnos que no estamos solos, que siempre hay alguien que nos sostiene, nos acompaña o nos hace sentir vistos. Esta dinámica ayuda a fortalecer la confianza, unir al grupo y reconocer lo valioso que cada quien aporta. Cuando escuchas gratitud dirigida hacia ti, te cambia el ánimo; cuando tú agradeces, cambias el de alguien más.

¿Qué se refuerza?

  • La amistad

  • El sentido de pertenencia

  • La empatía

  • La seguridad emocional

  • El ambiente positivo del grupo

Es una actividad sencilla, pero deja huella. Y a los adolescentes les encanta porque se sienten reconocidos… y eso, uff, siempre fortalece cualquier comunidad.








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